Los Dibujos del Arquitecto Incómodo

El arquitecto incómodo es aquel que no es previsible, es el independiente, el que no se deja influir. He conocido a varios (no muchos), y reconozco que siento una especial atracción por este perfil de profesionales. Sin mencionar nombres quería hacer en este artículo un homenaje a un gran maestro que encontró en el dibujo una estrategia social digna de análisis psicológico. Se trata de Ricardo Aroca. Para muchos un desconocido pero para los arquitectos, especialmente los de cierta edad una autoridad en el mundo de la docencia y del cálculo de estructuras. Profesor, director de la ETSAM, decano del COAM… Durante años ocupó una gran cantidad de cargos que le obligaron a prolongadas reuniones. Reuniones que se alargan en el tiempo y que obligan a escuchas, réplicas y contrarréplicas, a negociaciones…. En ocasiones, especialmente para ciertos espíritus de acción, esta parte asamblearia puede generar un estrés o frustración ante la sensación habitual de estar perdiendo el tiempo sobre todo en las reuniones de muchos integrantes. A estas reuniones se presentaba el bueno de Don Ricardo, hablo en pasado porque según sus propias palabras ya no acude a tantas, su figura no dejaba indiferente con sus barbas largas y su siempre presente camisa llena de bolígrafos en el bolsillo. Recién iniciado el encuentro sacaba sin mediar palabra su cartulina de cartón reciclado y se sumergía en sus dibujos sin levantar la vista del cartón. Sabiendo que su opinión era generalmente fundamental en la decisión final, su actitud generaba un estado de tensión e incomodidad que iba en aumento. Quienes hemos vivido esta situación podemos certificar ese estado que de una manera cristalina permitía observar quién estaba en su bando y quién representaba su oposición, porque Don Ricardo no deja indiferente. Quién más y quién menos lanzaba miradas de reojo más o menos disimuladas tratando de adivinar qué era lo que tan absorto parecía tener al dibujante. Lo que Aroca dibujaba eran series de figuras abstractas de carácter geométrico, donde se combinaban los colores sacados de su bolígrafo multicolor chino. Reconducía la típica técnica de los dibujos inconscientes que garabateamos mientras hablamos por teléfono o hacemos otra actividad en paralelo, series de líneas, círculos, espirales, con aspecto de cuerpos orgánicos vistos a través del microscópio….

 


Durante la defensa de mi tesis doctoral Aroca, en calidad de tutor, dibujaba sin parar en su cartón como otras veces ya le había visto, para mí ya era algo habitual, y para él era la infinitésima vez que me escuchaba la misma historia…. Cuando terminé y ante la típica felicidad de un proceso terminado le pedí que me regalara a modo de recuerdo la obra que aún conservo en mi estudio y es ésta que se reproduce en el artículo. En la parte posterior apuntaba las reuniones y fecha en que se había ido completando la obra, en este caso, se sucedían situaciones de lo más dispar, la defensa compartía cartón con una seguramente aburridísima junta de escuela, una polémica junta de compensación, y una atrayente conferencia de Heymann. En los últimos años había dibujado más de 300 de estas cuartillas fruto de más de 7000 horas de reuniones. Recientemente se han podido ver gran parte de ellas simultáneamente en una exposición y a mí me ha hecho mucha ilusión porque más allá del valor artístico de las mismas, el uso del dibujo como performance de presión en las reuniones siempre me ha parecido una genialidad propia de un maestro. También entiendo a quién lo considere una falta de respeto pero pensar siempre es pensar contra alguien.