Refugio Doña Ana

Año
2016/2018
 
Localización
Arroyo de Carrizal, Fuentesauco, Zamora.
 
Latitud: 41º 15′ 02,6» N
Longitud: 5º 32′ 02,9» W
 
Promotor
Jose Manuel Queipo
 
Arquitecto
Fermín González Blanco
 
Equipo
Saúl Gómez Rubio
Luis Miguel Fernández López
Alba Pérez Fernández
Jose María Castrillo Neira
 
Autoconstructor
Familia Queipo
 
Colaboradores
«El Chicuelo» (albañilería)
«El Troncones» (suministro de pacas de paja)
Nicolás (fontanería y electricidad)
Ramón (carpintería)
 
Fotografía
Equipo Ediciones Mínimas (Ana Asensio y Milena Villalba)
[Primer Premio: Arquitectura de Sensaciones de fotografía + relato de Pez Globo]
Equipo Fermín Blanco
 
Presupuesto
La tala de una chopera (1000 chopos) (aprox. 30.000 Euros)
 
Publicaciones
afasia archizine [link]
Divisare blog [link]


 

 

 

Memoria & Fotografías
¿Dónde estamos?
El proyecto de refugio se desarrolla en una parcela situada entre Fuentesauco y Villamor de los Escuderos en la provincia de Zamora. Posee un clima extremo caracterizado por altas temperaturas en verano y temperaturas bajo cero en invierno. Rodeada de campos de cultivo de cereal, fundamentalmente trigo y cebada, y atravesada por un pequeño arroyo (arroyo del Carrizal) la parcela donde se sitúa el refugio se destina fundamentalmente al cultivo de chopos a pesar de que, en la misma, existe una almendra interior dedicada al cultivo de especies arbóreas del mundo, creando así un ecosistema verde en medio del amarillo dominante de la zona. El clima y los elementos naturales que dominan el entorno condicionarán, como no debe ser de otra manera en un proyecto autogestionado como este, el planteamiento de las soluciones adoptadas en la rehabilitación.
 
¿Con qué nos encontramos?
La nave existente está construida con un sistema perimetral de muros de ladrillo de hueco doble, solera de hormigón como forjado de suelo y cubierta a dos aguas de celosía metálica y chapa ondulada de fibrocemento. Tras el hundimiento de un faldón de cubierta, un sector de la nave pasa a ser huerto de cultivo por lo que se debe conservar en la intervención del refugio el carácter de patio abierto.
 
¿Qué necesitamos?
El proyecto consiste en la rehabilitación y adaptación de una pequeña nave, originalmente destinada al almacenaje de aperos vinculados al uso forestal de la finca, como refugio de fin de semana. Por su carácter personal, temporal y familiar, no hay grandes necesidades espaciales, solo aquellas que cubran las mínimas de confort, habitabilidad y de socialización y reunión, ya que generar ese punto de encuentro y disfrute familiar es la principal función de este refugio (cocina, baño, zona de camas y zona central de día). Construida con cubierta a dos aguas de celosía metálica y chapa ondulada de fibrocemento y cierre perimetral de ladrillo hueco doble.
 
Autoconstrucción o cómo transformar una debilidad en fortaleza
Se acomete la obra con un presupuesto limitado ya que una tala de 1000 chopos aprovechables, con un aprovechamiento de 0,5 metros cúbicos por chopo y un precio de 60 euros/metro cúbico dan como resultado 30.000 euros, de los que habrá que descontar los gastos de la siguiente plantación. A partir de este punto y teniendo en cuenta el dinero del que se dispone finalmente, la autoconstrucción se vuelve condición indispensable para acometer la obra, evitando de este modo los gastos surgidos de la aparición de intermediarios y de beneficios industriales de empresas constructoras. El promotor asume el peso de la obra en colaboración con su propia familia, contactando directamente con autónomos para la resolución del trabajo especializado, fundamentalmente fontanería y electricidad.
 
Construir con el entorno
21 Chopos recién talados, pelados justo a continuación de la tala y blanqueados con lejía y estropajo metálico: vigas, dinteles, correas y pilares de madera resueltos; pacas de mezcla de trigo y centeno de los campos de cultivo circundantes: aislamiento resuelto; ladrillos, tableros de madera OSB y hormigón disponibles en un radio de 50 km: cerramientos y solados resueltos. La obra pretende ser un ejercicio de racionalidad económica y constructiva. Construir con los materiales del entorno inmediato es una lección a menudo olvidada por la arquitectura contemporánea y aprendida a través de la arquitectura popular, que habla desde hace mucho tiempo de economía, de ecología y de sostenibilidad, conceptos que han dejado de ser una moda para convertirse en necesidad.
 
Y soplaré y soplaré y la casa derribaré…
El proyecto también es una revisión del conocimiento aprendido. La sabiduría popular, los refranes o incluso los cuentos como el de los tres cerditos nos transmiten conocimientos que deben ser revisados con el paso del tiempo y la evolución de las técnicas de construcción. Se incluye en el proyecto la paca de paja como elemento de construcción debido al clima extremo, al nivel de aislamiento requerido en este tipo de clima y a la amplia disponibilidad del mismo en un entorno inmediato de cultivo de cereal a un precio razonable. A partir de este razonamiento se trabaja con el material, con sus fortalezas y debilidades. La porosidad de la paca de paja así como la cantidad de aire que puede albergar en su interior la convierten en un material óptimo desde un punto de vista de aislamiento térmico. Se construye una base de ladrillo separando las pacas del contacto directo con el suelo y se colocan entre dos hojas de ladrillo con el fin de evitar la entrada de roedores, la construcción de nidos en el interior de la cámara y el contacto directo con el agua.
 
El cuento de los tres cerditos nos dice que las casas de ladrillo y cemento son más seguras y mejores que las casa de paja o de madera. La conclusión que podemos extraer del cuento y de esta experiencia es que no es conveniente encargarle la construcción de una casa a un cerdo.
 
¿Huecos? Pocos
A partir del volumen principal preexistente, construido con cerramientos de ladrillo hueco doble, se plantea la apertura de los mínimos huecos necesarios para un espacio confortable. Se mantiene el hueco preexistente en la zona de camas. Se abre uno nuevo hacia el patio que soluciona las necesidades de iluminación, ventilación y conexión interior-exterior que, debido a sus dimensiones, se refuerza con jambas de termoarcilla y un dintel a base de rollizos de chopo. Los huecos se resuelven con carpinterías de madera de pino y, en el caso de ser estas de vidrio, cuentan con contraventanas exteriores opacas de tablero contrachapado de madera, rematadas en chapa de acero que permite cerrar el volumen al exterior por completo. El resultado es un volumen fundamentalmente opaco al exterior por razones de confort térmico, intimidad y seguridad. Un cofre.