Fermín Blanco: «El prefabricado puede convivir con el diseño y la creatividad»
El arquitecto asturiano hizo un repaso a la historia española de la construcción durante una charla del ciclo «Aula Abierta» en el campus.
Resumen de prensa publicado en el diario La Nueva España a raíz de la participación de Fermin Blanco en el campus politécnico de Mieres.
Arquitecto, profesor de sistemas constructivos e inventor de un sistema modular de piezas de construcción didácticas. Esta es sólo una parte del currículum del asturiano Fermín Blanco, que acudió ayer al campus de Mieres para impartir una charla en la que hizo un repaso a la historia española de la construcción.
Su conferencia se enmarcaba dentro del ciclo «Aula Abierta» organizado por la dirección de la Escuela Politécnica de Mieres y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria. Blanco no ocultó su pasión por la prefabricación dentro del ámbito constructivo. Un concepto que, como explicó «puede convivir con el diseño y la creatividad, prefabricar no supone coger un proyecto y partirlo en trozos, ni tampoco que todas las casas sean iguales». Fruto de esa pasión nació el sistema «Lupo», que es «una herramienta didáctica a partir de siete piezas a las que voy cambiando de material y con el que hago mis ensayos sobre la prefabricación como concepto».
El ponente centró gran parte de su disertación hablando del arquitecto Miguel Fisac, creador de los «huesos», unas piezas huecas de hormigón pretensado con formas similares a estructuras óseas. Un trabajo que desarrolló en la década de los 50. «Fisac se propuso inventar una pieza que uniese todos los requerimientos de la arquitectura, e intentó industrializarlo porque no encontraba nada similar en el mercado», apuntó. La búsqueda de este tipo de piezas, como explicó Fermín Blanco, «no ocurría sólo en España, también se dieron otros ejemplos internacionales». Con estas piezas, Fisac firmó, entre otros, el edificio que acogía la sede de IBM en Madrid, así como numerosas iglesias. Sin embargo, con el paso de los años, el sistema de Fisac, apuntó el arquitecto, «tuvo sus primeros problemas de filtración de agua y corrosión de las juntas, algo de lo que se dieron cuenta en el año 1994, aunque se trató de corregir». A pesar de la innovación que supusieron los huesos de Fisac, no se logró su introducción en el mercado, tal y como pretendía. Esto se explica, como señaló Blanco, «porque el mundo del diseño y la arquitectura está lleno de egos; y el hecho de que las piezas de Fisac tengan unas formas tan definidas generaba un problema, porque estaban muy ligadas a su creador, por eso triunfan las piezas anónimas».
El arquitecto finalizó su ponencia explicando que cuenta con una colección de estas piezas prefabricadas, que ha expuesto en distintos lugares de España.